Areguá no sólo se caracteriza por bellos paisajes, casas coloniales, galerías de arte y su frutilla, sino también por la artesanía en barro que es una de las principales fuentes de ingreso de sus pobladores. Además son el recibimiento más coqueto y llamativo que tiene un visitante, porque los salones de venta están prácticamente en las calles.
Nobles manos trabajadoras que moldean el barro y la arcilla, para luego ser cocinados a fuego lento varias horas en tatakuás y que finalizan con el acabado de pintura que le dan el toque más puro en la artesanía manual. Pasar por Areguá, significa llevarse un recuerdo del país.
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